"Las Pajareras", uno de los lugares de anidamiento más importantes de Doñana. Cedida por Borja Nozal ArandaEn muchas ocasiones se habla del peligro que suponen las especies invasoras para la biodiversidad. Se trata de animales que se encuentran fuera de su zona natural de origen, que se asientan en un ecosistema y comienzan a afectar al equilibrio ecológico de dicho lugar. Una de las fuentes principales de animales invasores son las mascotas exóticas. Y el último caso del que se ha tenido noticia explica muy bien este peligro: en los últimos meses se han comenzado a encontrar mapaches en el Parque Nacional de Doñana, en el sur de España.
Los mapaches (Procyon lotor) reúnen todas las características para convertirse en un problema medioambiental muy grave. De crías son animales muy simpáticos, con un aspecto que recuerda a los peluches. La novedad de tenerlos como mascotas en Europa hace que mucha gente quiera tenerlos. El problema es que crecen.
El problema del mapache en Doñana puede llegar a ser muy grave por varios motivos. El primero, por la capacidad de adaptación que tienen estos animales. Son capaces de vivir en condiciones muy diferentes y se reproducen muy rápidamente. Al asentarse en un ecosistema, comienzan a competir por los recursos con las especies locales, en muchos casos mucho más especializadas y sobre las que tienen una ventaja.
Mapache. (Photo by Sam Greenwood/Getty Images)
El segundo problema es su voracidad. Los mapaches son depredadores oportunistas, lo que quiere decir que no tienen una presa preferida y se alimentan de todo aquello que puedan conseguir. Para mantenerse necesitan una cantidad grande de comida. Pero no solo cazan, también suben a los nidos y se alimentan de los huevos de los pájaros. Esto puede afectar de manera muy importante a las aves de Doñana, un lugar conocido por dar cobijo a una gran cantidad de especies de estos animales, muchos de ellos en peligro.
El tercero es precisamente el lugar en el que ha aparecido. Los primeros ejemplares que se detectaron se encontraban en la zona de Marismillas, en pleno corazón del Parque Nacional. También han sido vistos en otras zonas dentro del Parque, aunque la mayor parte de los ejemplares detectados estaban fuera de los límites del Parque, pero dentro del Espacio Natural, la corona de terreno que rodea el Parque y que también tiene una figura de protección. El hecho de que estén dentro de un Parque Nacional dificulta las medidas de erradicación, y al mismo tiempo mejora las posibilidades de supervivencia de la especie.
De momento, tanto los biólogos especialistas como las autoridades confían en que el problema se haya detectado a tiempo y que los planes de erradicación den sus frutos.
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