Nicolás I (papa)
Nicolás I. (* Roma, (¿?) – † 13 de noviembre de 867) fue el papa n.º 105 de la Iglesia católica de 858 a 867.
Perteneciente a una familia distinguida, ingresó muy joven al servicio de la Iglesia siendo nombrado subdiácono por Sergio II y diácono por León IV.
Elegido papa mientras el emperador Luis II el Joven se encontraba en Roma, fue inmediatamente consagrado por este.
Está considerado como uno de los papas más importantes de la Edad Media, ya que, aprovechando la crisis por la que atravesaba el reino carolingio, comenzó a afianzar la doctrina que defendía que el poder espiritual de Roma, encarnado en la figura del Papa, se encontraba por encima de cualquier otro poder incluido el civil representado por el emperador. Esta postura le llevó a enfrentarse en lo político con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y en lo religioso con la Iglesia Oriental.
El cisma se resuelve en ese mismo año de 867 al fallecer tanto el emperador Miguel III como el papa Nicolás I y ser depuesto Focio en el patriarcado de Constantinopla que será nuevamente ocupado por Ignacio. Pero la solución es sólo ficticia y sus causas quedarán larvadas hasta que en 1054 resurjan y provoquen el cisma definitivo.
Falleció el 13 de noviembre de 867 sin conocer su excomunión por parte de Focio y dejando la solución del cisma fociano a su sucesor Adriano II mediante el Concilio de Constantinopla IV.
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