Pareja de maluros soberbios. A la izquierda el macho, derecha la hembra. De benjamint444 [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], …En la naturaleza existen muchas especies en las que las madres y sus crías establecen una relación muy estrecha. Pero hay muy pocos casos como el del maluro soberbio (Malurus cyaneus), un pequeño ave autóctono de Australia. Para recibir su comida, los polluelos de esta especie deben incluir en sus cantos una clave, una especie de password sin el cual las madres no los reconocen. Y esta clave se les enseña antes de nacer, cuando todavía están en el huevo.
En un artículo recientemente publicado se explica este caso. Los autores de la publicación empezaron a sospechar cuando se dieron cuenta de que las hembras les cantaban a los huevos. Al realizar el canto, estas aves se arriesgan a ser detectadas por sus depredadores, así que debía existir algún motivo para ello.
Al analizar los cantos de distintos nidos, se dieron cuenta de que estos solo se diferenciaban en una nota, un sonido único propio de cada pareja. Y al nacer los polluelos, este era el canto que repetían cuando solicitaban la comida. Así que esa nota única y distintiva de cada nido funcionaba a modo de clave para que los padres reconociesen ese canto.
La conclusión a la que llegaron es que dicha clave servía para evitar alimentar a posibles parásitos. En su hábitat natural, esta especie convive con un gran número de aves parásitas de nidos de la familia de los cucos. Estos animales ponen sus huevos en los nidos de otras especies para que los cuiden otros pájaros. Cuando el cuco nace, rompe los huevos que aún no hayan eclosionado y expulsa del nido a los polluelos, quedándose él solo.
Pero este mecanismo para evitar alimentar a los polluelos de otra especie solo funciona si las crías de maluro soberbio son capaces de aprender cuando aún están en el huevo. Si la clave se les enseña después de nacer, el polluelo de cuco la aprendería. Lo mismo ocurriría si fuese igual para todas las madres.
Para demostrar esto, los investigadores llevaron a cabo dos trabajos. Por una parte, realizaron un experimento para saber si los polluelos eran capaces de aprender antes de nacer. Para ello, cambiaron de nido una serie de huevos después de la fase en que la madre les enseña la clave, pero antes de que eclosionasen. En todos los casos, los padres ignoraron las llamadas de las crías que no eran suyas. Cuando se devolvió cada polluelo a su nido original, los padres los reconocieron como propios y comenzaron a alimentarlos.
La segunda parte consistió en determinar de qué manera se decidía la nota password. Pudieron comprobar que era la hembra quien decidía la nota, y se la enseñaba tanto al padre como a otros posibles cuidadores del nido — en algunas ocasiones los hermanos de la madre ayudan en el cuidado de las crías. Y para hacer esto, alejaban a los machos del nido, les enseñaban el canto y volvían a cuidar a sus crías.
Con este descubrimiento se ha podido demostrar que algunas capacidades que se creían innatas se pueden aprender, y que en algunas especies la adquisición de conocimientos empieza antes del nacimiento.
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