Hablamos del Rey de España y del Duque de Palma, quienes están lidiando su propia batalla interna después de destaparse los escándalos del yerno del Rey y su socio Torres. Un 'affaire' oscuro que Zarzuela quiere desterrar después de no haber podido silenciarlo. Así, la Casa del Rey habría pactado con Telefónica la renovación del contrato de Urdangarin, eso sí, al otro lado del Atlántico.
Una decisión polémica que reportaba al marido de la infanta 1,5 millones de euros al año. Telefónica sabía que el asunto no le traería buena fama -se habla de importantes pérdidas de clientes- y pactó con el Duque la renovación siempre y cuando este pidiera después —como así ha sido- un "abandono temporal del puesto" para centrarse en su defensa judicial.
Hasta ahí, bien. Las tres partes estaban de acuerdo. Pero lo que no se sabía en Zarzuela es que Urdangarin acompañaría ese abandono del cargo de su regreso a España.
En concreto al palacete de Pedralbes, una de las piedras angulares del proceso de investigación y en donde tuvo el domicilio fiscal su empresa tapadera. En total se calcula que el matrimonio pagó 7,3 millones de euros por él. Una suma que sorprendió a todos los que desconocían el alto poder adquisitivo del exjugador de balonmano. Sin embargo, ahora el palacete y el resto de posesiones - cinco pisos y dos garajes en Palma de Mallorca más un piso en Terrassa- se han situado en el punto de mira a raíz del caso 'Palma Arena'.
0 comentarios