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Ángel y Demonio

Anclar

Anclar

Te ha pasado que no puedes recordar el nombre de una persona, inmediatamente después de que te la presentaron? Posiblemente se deba a que en lugar de poner atención al nombre de la persona, pensaste acerca de lo que hablarías con ella, si le agradarías o si ella te agradaría a ti... etc.
Quizá haya habido una ocasión en que te encontraste parado frente al refrigerador con la puerta abierta y de pronto no podías recordar qué es lo que fuiste a buscar ahí... Todos hemos experimentado eso alguna vez. El primer paso es aprender a tomar conciencia de los constantes cambios de los pensamientos, sentimientos y percepciones que constipan la mente. Perdernos en un diálogo interior es estar parcialmente concientes. Es como caminar dormido por los caminos de la vida.


Si has salido a navegar en un bote y al llegar a un lugar donde podrás tener una vista preciosa te detienes, pero no sueltas un ancla, pronto serás llevado por la corriente del mar. Igual pasa con la mente. Sin un ancla que detenga la mente en su lugar, ésta será llevada por la corriente de los pensamientos. Perderás tu habilidad para observar lo que está pasando.

 

Saludos desde el Mediterráneo. Rakel

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