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Ángel y Demonio

¿Por qué se graban las relaciones sexuales?

El vídeo erótico de Olvido Hormigos filtrado en Internet ha conseguido sacar a la luz de la opinión pública un debate interesante sobre los hábitos sexuales de los españoles y el tabú que en ocasiones surge para reflejarlos de puertas para afuera, como supone por ejemplo  reconocer ante los amigos la costumbre de grabar vídeos sexuales propios. A través del hashtag #yotambienmemasturbo, muchos usuarios de Twitter ponían el grito en el cielo por considerar estúpido polemizar por algo, a su juicio, muy extendido entre la sociedad española. ¿Es cierto? ¿Está extendida la práctica de grabar las relaciones sexuales propias más de lo que pensamos?

“Es algo muy común desde hace varios años”, asegura en una entrevista a Yahoo! Noticias Héctor Galván, sexólogo director del Instituto de Madrid de Psicología y Sexología. Según nos cuenta, siempre recomienda este tipo de prácticas en su consulta: “Es totalmente sano”, sentencia.

La costumbre cada vez más extendida de grabar este tipo de vídeos eróticos o pornográficos responde, según Galván, a dos motivos: “Las parejas, con el paso del tiempo, se habitúan a sus prácticas sexuales y los estímulos se duermen, por lo que necesitan dar un paso más para mantener la fantasía; por otra parte, en general los hombres están sobreexpuestos a todo tipo de material pornográfico y buscan algo distinto”, explica, recordando cómo “nuestros abuelos consideraban una rodilla como algo erótico” y hoy, en cambio, las nuevas tecnologías han subido considerablemente el listón.

Según el sexólogo, el placer obtenido entre las parejas con este tipo de vídeos responde al deseo que provoca la ansiedad, el riesgo o el atrevimiento de todo lo que es nuevo. Lo ilustra con un ejemplo curioso: “hace unos años un estudio demostraba que a una pareja le parecía más excitante conocerse o encontrarse sobre un puente por culpa del estímulo y la ansiedad que provocaba”. Galván destaca, eso sí, cómo durante las primeras grabaciones puede surgir una sensación de arrepentimiento por no estar habituados: “Una cosa es lo que nos apetece y otra lo que nuestras creencias dicen”.




Hipocresía y tabúes en las críticas

 

Las críticas a Olvido Hormigos por el vídeo han puesto de manifiesto, no obstante, una barrera o tabú aún presente en la sociedad. Galván lo intenta explicar mediante lo que en psicología se conoce como Racionalización, o cómo “la gente justifica para sí misma ciertas conductas que cuando son practicadas por los demás son rechazadas”.

En ese sentido, según el sexólogo, hay países bastante más avanzados: “los anglosajones, por ejemplo, tienen un respeto mayor por la intimidad y juzgan mucho menos en cuanto a la sexología se refiere”, describe. No obstante, Galván establece una diferencia entre lo privado, lo público, lo mediático y lo político para explicar, por ejemplo, la actitud más hipócrita de sociedades como la americana cuando un ex congresista de EE.UU, Chris Lee, tuvo que dimitir en 2011 después de desvelarse un correo electrónico con una simple foto suya sin camisa, o cuando Karina Bolaño, ex viceministra de Juventud en Costa Rica, se vio obligada a renunciar por un vídeo de Youtube en el que aparecía en ropa interior mandando mensajes a un amante.

Mientras, en España, Galván experimenta esta falta de normalidad durante el día a día en su consulta. Para lidiar con ella, utiliza una técnica curiosa con sus pacientes: les da un inventario con varias prácticas sexuales que tienen que puntuar en función de sus preferencias. En el mismo, además, se recalca que estas prácticas son generalizadas: “esto les alivia bastante porque es ahí cuando se dan cuenta de que no son raros, de que es algo normal”, ilustra.

Cómo lidiar con una intromisión en la intimidad

Todo el revuelo montado con el lío de Olvido Hormigos ha afectado, evidentemente, a la protagonista, quien ha declarado que tanto ella como su familia “están pasando por momentos muy difíciles”. ¿Cómo se debe afrontar en estos casos una situación así? “Lo mejor es hablarlo tranquilamente de manera que no se extienda e intentar pasar página”, aconseja el sexólogo mientras reconoce que una exposición tan explícita de la intimidad en nuestra cultura puede llegar a ser traumática. La parte más difícil, en estos casos, se la suelen llevar los menores de edad: “Con los niños hay que adaptar un lenguaje específico a la vez que se les debe enseñar qué pueden contestar ante una provocación”, recomienda, en referencia a los comentarios que pueden escuchar en el colegio. “Nunca, eso sí, hay que retirarles de la vida diaria”, sentencia.

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